¡Escuchá la nota!

Cuando los geólogos y técnicos terminan de recolectar muestras en un terreno con posible riqueza mineral, comienza una etapa fundamental del trabajo: el análisis en laboratorio. Este paso permite saber exactamente qué minerales contiene la roca, en qué proporción están y si vale la pena pensar en una futura explotación. 🔬

Las muestras llegan al laboratorio identificadas y clasificadas. Primero se realiza una preparación del material: se tritura, se seca y se reduce a un tamaño pequeño y manejable, muchas veces en forma de polvo muy fino. Así se asegura que el análisis sea más preciso y representativo del material original. 🧱

Luego, se aplican diferentes técnicas de análisis químico para detectar qué elementos están presentes en la muestra. Algunas de las más utilizadas son:

  • Espectrometría: permite conocer los elementos presentes y su cantidad, incluso en cantidades muy pequeñas.
  • Absorción atómica: se usa para detectar metales como oro, plata, cobre o litio.
  • Difracción de rayos X: ayuda a identificar la estructura de los minerales.
  • Análisis por fuego (ensayo al fuego): especialmente usado para detectar oro y plata en concentraciones mínimas.

Estas técnicas requieren equipos sofisticados y personal capacitado, como químicos, geólogos y técnicos de laboratorio. 🧑‍🔬

Además de los análisis químicos, en algunos casos también se evalúan las propiedades físicas del mineral, como su dureza, peso específico, magnetismo o capacidad de conducción. Todo esto ayuda a tomar decisiones sobre el tipo de minería que podría aplicarse si el proyecto avanza.

Los resultados del laboratorio son clave para determinar si un yacimiento es económicamente viable, si se necesita hacer más perforaciones o si conviene buscar en otro lugar. Esta etapa también permite anticipar qué tipo de procesamiento industrial será necesario para separar los minerales útiles. ⚖️