💪🏽 La libertad también se forja con minerales, hornos y herramientas.
Cuando en 1814 el general José de San Martín fue nombrado gobernador intendente de Cuyo, se encontró con una región muy pobre, despoblada y sin industria. Mendoza, San Juan y San Luis eran territorios olvidados, pero San Martín no se desanimó: desde esa tierra sencilla y lejana, comenzó a preparar una de las campañas más importantes de la historia: la liberación de América del Sur. Para eso, necesitaba más que soldados. Necesitaba organización, recursos… y también minerales.
🪨 La minería como recurso estratégico
Uno de los aspectos menos conocidos de su gestión fue el impulso que dio a la minería, una actividad que estaba casi abandonada. Faltaban técnicos, herramientas, capital y organización. Pero San Martín entendió que los minerales no solo eran un recurso económico, sino clave para la independencia: se necesitaban metales y químicos para fabricar pólvora, proyectiles y cañones.
Por eso, ordenó que se volvieran a explotar minas de cobre, plomo, plata y oro en distintos puntos de la región. Dio apoyo especial a los yacimientos de azufre y plomo en Pismanta y Huayaguás, esenciales para la fabricación de pólvora. También impulsó la extracción de plata en Paramillos de Uspallata y de oro en Gualilán, y envió emisarios a San Juan para proteger y supervisar los trabajos.
📝 Un documento histórico
En una carta escrita a mano en Mendoza, el 23 de febrero de 1816, San Martín le comunicó al teniente gobernador de San Juan, José Ignacio de la Rosa, lo siguiente:
“Uno de los principales objetos de este gobierno es fomentar el rico ramo de minería, en cuanto esté a sus alcances. Ha sido noticia que en el Valle de Pismanta se ha descubierto un nuevo mineral de cobre y plata… les franquee todos los auxilios que precisen… y me dé parte con oportunidad”.
Este fragmento muestra claramente cómo San Martín veía la minería como parte esencial del proyecto emancipador. 🧭
🔨 De la mina al ejército
Gracias a estos minerales, Fray Luis Beltrán —encargado de la fábrica de armas— pudo fundir cañones, fabricar municiones y elaborar pólvora de gran calidad. Con salitre cuyano, José Antonio Álvarez Condarco logró una mezcla explosiva más potente que la usada por los realistas. Es decir, bajo tierra, en las minas, también se libraba la guerra por la libertad.
🌱 Reconstruir desde la nada
San Martín no solo revivió la minería. También promovió la agricultura con obras de riego, fomentó la ganadería, organizó industrias textiles y de armas, bajó su propio sueldo y el de sus funcionarios, y recurrió a herencias vacantes y donaciones para financiar su causa.
Con disciplina, austeridad e ingenio, hizo de una región empobrecida el corazón logístico del Ejército de los Andes. Como bien dijo el historiador Ricardo Rojas:
“Donde no había nada, todo debía surgir de su voluntad”.
Fuente
San Martín y la minería: el arma secreta detrás del Ejército de los Andes