💥 En Argentina, uno de los recursos energéticos más importantes es el que se extrae de la formación de Vaca Muerta, en la provincia de Neuquén. Pero para poder obtener petróleo y gas de esta roca, se necesita aplicar una técnica muy particular: la fractura hidráulica, más conocida como fracking. Y en ese proceso, la minería cumple un rol esencial.


¿Qué es el fracking y qué tiene que ver la minería?

El fracking es una técnica que permite extraer hidrocarburos (petróleo y gas) que están atrapados en formaciones de roca muy compactas, conocidas como reservorios no convencionales. Para liberar esos recursos, se perfora la tierra verticalmente y luego se inyecta a alta presión una mezcla de agua (95%), arena (4,5%) y aditivos químicos (0,5%).

🌊 La presión del agua rompe la roca, generando fracturas. La arena silícea —que tiene gran dureza y forma esférica— actúa como un “sostenedor” que mantiene abiertas esas grietas para que el petróleo o gas puedan fluir hacia la superficie. Sin arena, el fracking no funcionaría.


¿De dónde sale la arena silícea?

Argentina tiene su propia “mina de arena”: se trata de yacimientos de arena silícea, un tipo especial de arena rica en dióxido de silicio (sílice), que se extrae principalmente en la provincia de Entre Ríos. Las localidades de Diamante e Islas de Ibicuy se han convertido en polos productivos clave para abastecer a Vaca Muerta.

⛏️ La extracción se realiza a cielo abierto, en canteras o en zonas de dunas y lechos fluviales, y luego la arena pasa por procesos de lavado, secado y clasificación para garantizar su pureza y tamaño ideal.

Actualmente, más de doce empresas privadas trabajan en Entre Ríos para producir y procesar este mineral estratégico, que representa el 85% del abastecimiento de arena para fracking en el país.


Impacto territorial y económico

El crecimiento de Vaca Muerta impulsó un verdadero boom minero en Entre Ríos. La demanda sostenida de arena generó inversiones, empleo, desarrollo de infraestructura y movimiento económico en varias localidades.

🚛 La arena viaja cientos de kilómetros hasta Neuquén, en un circuito que combina camiones, barcazas y trenes, mostrando cómo distintas regiones del país se conectan a través de una misma cadena productiva.